El mundo ha cambiado
considerablemente desde que investigadores de las más diversas áreas dieran la
señal de alarma ante la debacle ambiental que la actividad descontrolada del
hombre estaba creando. Primero fue la comprobación del hecho de que los
ecosistemas estaban siendo seriamente afectados por los desechos industriales,
nucleares y domiciliarios y que el uso de combustibles fósiles estaba
degradando la calidad de vida de los habitantes de las grandes urbes. Venezuela
no se escapa de ésta realidad y vemos que cada día aumenta el daño a nuestro
medio ambiente.
Algunos de los problemas ambientales de Venezuela
son los siguientes:
·
Inapropiado
tratamiento y disposición final de residuos sólidos domésticos (basura),
particularmente por parte
de los municipios urbanos.
·
Contaminación
atmosférica debido al poco mantenimiento de los vehículos por parte de la
ciudadanía y las empresas transportistas y la deficiente supervisión de las
autoridades municipales y nacionales. En especial, preocupa el poco
mantenimiento de los transportes públicos y
de carga.
·
Mal manejo de
los residuos hospitalarios, tóxicos y peligrosos a nivel nacional. Las empresas
operadoras de recolección no poseen la infraestructura necesaria y las
autoridades ambientales no realizan la debida supervisión. Muchos residuos como
baterías de celulares y de vehículos, por citar solo algunos, son tratados como
residuos domésticos.
·
Contaminación de
los cuerpos de agua como consecuencia de la falta de tratamiento de aguas
residuales de origen doméstico e industrial, con la consecuente degradación de
las áreas naturales, incluyendo las playas, ríos y balnearios.
·
La quema de gas
excedente en la industria petrolera, particularmente en Anzoátegui y Zulia.
·
Crecimiento
incontrolado de la especie vegetal Lenteja Acuática (Lemna sp.) en el Lago de
Maracaibo, reflejo de los procesos de eutrofización que confronta este
ecosistema.
·
El crecimiento
del comercio informal, con las subsecuentes dificultades en el tránsito
automotor urbano, el manejo de los residuos no peligrosos y la salud de los
propios vendedores informales (buhoneros).
·
Pérdida de
diversidad biológica debido a la deforestación, la fragmentación de hábitat y
el sobre-aprovechamiento de animales y plantas silvestres.
·
Comercio ilegal
de animales y plantas silvestres, especialmente en las carreteras de San Felipe
(Yaracuy), Morón (Carabobo), El Guapo (Miranda), Píritu (Anzoátegui), y las
áreas del Delta del Orinoco (Amacuro) y Guayana (Bolívar). A esto se suma la
limitada reinserción de las especies que han sido rescatadas, por la
inexistencia de centros de rehabilitación.
·
Degradación de
las diversas cuencas al norte del Río Orinoco (Río Limón (Aragua), Catatumbo
(Zulia), Motatán (Trujillo), Tocuyo, Tuy, Guárico, Guapo, Unare y Neverí, entre
otros).
·
Contaminación a
todos los niveles de la cadena trófica (suelos, aguas, vegetales, animales y
seres humanos) por plaguicidas y/o agroquímicos en general, particularmente en
la región de los Andes y los Llanos.
·
Aprobación de la
minería dentro de las Reservas Forestales, mediante el Decreto 3110 de fecha
07/09/04 con el cual se deroga el Decreto 1850 para la Reserva Forestal de
Imataca, con lo cual se debilita la figura de manejo de estas Áreas Bajo
Régimen de Administración Especial (ABRAE) destinadas a garantizar la
producción permanente de madera, además de otros bienes y servicios ambientales
estratégicos para el país como la producción de agua y el mantenimiento de los
procesos ecológicos esenciales y los fenómenos evolutivos.
·
Finalmente, se
descubre el uso de refrigerantes, aerosoles, espumas plásticas y sistemas de
prevención de incendios, son los principales causantes de la destrucción de la
capa de ozono del planeta. Es que la importancia de este, hasta hace poco
desconocido ozono, radica en que protege toda la cadena de vida del planeta, ya
que su estructura permite absorber los peligrosos rayos ultravioletas (UVB)
provenientes del sol.
A continuación nombraremos algunas posibles causas
de ésos problemas:
·
Descoordinación
entre los programas ambientales y de desarrollo, obviando la estrecha relación
existente entre conservación del ambiente y calidad de vida (desarrollo
sustentable).
·
Débil actuación
oficial frente a los ilícitos ambientales, especialmente por parte de la
Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo.
·
Acceso limitado
y restringido a la información ambiental pública.
·
Personal no
calificado en posiciones de alto nivel en la gestión pública, altamente
politizados y con poca capacidad de diálogo y cooperación con diversos
sectores.
·
Falta de
educación y conciencia ambiental además de desconocimiento de la normativa
ambiental por parte de la ciudadanía, que limitan su actuación responsable.
·
Falta de
reconocimiento a la gestión conservacionista de los particulares y las ONG,
tanto a nivel nacional como municipal.
·
Aislamiento en
los esfuerzos y poca coordinación interinstitucional, especialmente entre las
ONG ambientales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario